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domingo, 22 de diciembre de 2013

ANÁLISIS DE «EL SUR», DE BORGES, por Joaquín Copeiro

Poco tiempo después de publicar «El Sur» («acaso mi mejor cuento», afirma Borges en la «Posdata de 1956» de Ficciones añadida al «Prólogo» de la edición de 1944 de Artificios), el escritor perdió definitivamente la vista. Parece ser que este fue el último cuento que manuscribió: ¿sería por eso por lo que lo considerara el mejor de los suyos?
El bibliotecario Juan Dahlmann, nieto de un pastor evangelista alemán y también de un militar argentino romántico, absorto en la lectura de un ejemplar en alemán de Las Mil y Una Noches, se golpea en la cabeza con el batiente de una ventana y unos días después debe ser operado. Cuando le dan el alta, decide refugiarse en la estancia familiar que conserva en el Sur. Para ello, coge el tren y, al cabo, se queda dormido. Sueña entonces que el tren, por desgracia, lo deja en una parada anterior a la suya. Por eso necesita otro vehículo y entra en un almacén a buscarlo. Allí, unos mozos se burlan de él y, al plantarles cara, uno de ellos lo reta a una pelea con cuchillos. Un viejo gaucho que presencia la escena le proporciona una daga para defenderse y Dahlmann se ve obligado a afrontar tan desigual pelea, sin miedo, no obstante, al tipo de muerte que, sin duda, hubiera preferido antes que sufrir en el hospital.

(Para descargar el comentario completo, ver:
http://descritoediciones.com/comentarios-literarios-el-sur-borges)