EL AMOR Y LA LITERATURA
Como se querían mucho, gozaban leyendo las mismas historias de amor. Una de ellas trataba de un hombre y una mujer que se amaban sin medida y a los que, como a ellos, les gustaba compartir sus lecturas; pero leían tanto, que descuidaban el tiempo de amarse, y dejaron de hacerlo.
Hoy hace casi veinte años que no viven juntos.
EL AMOR Y LAS CLASES SOCIALES
La dama del Mercedes, con el cleenex que su amante de un día le había vendido en el semáforo, se enjugó las lágrimas cuando lo vio alejarse al amanecer, otra vez vestido de pedigüeño, camino de la estación.
EL AMOR Y LA MUERTE
Al escuchar por la radio aquellos gritos, las ganas de llorar lo enternecieron hasta el punto de necesitar amar allí mismo a su compañera, que ahora conducía el vehículo. Él intentó besarla en la boca cuando llegaban a la curva.
Los dos tenían la misma edad.
EL AMOR, EL AZAR Y LA NECESIDAD
Todos los días, ella se echaba a la calle a las ocho menos cuarto de la mañana para tonificarse con sesenta minutos de marcha; él salía a la misma hora y con similar afán. Ambos se cruzaban siempre en la puerta del parque.
Un día, ella giró sobre sí misma ciento ochenta grados en el punto de cruce y las fragancias de la tierra conmovieron sus miradas.
Al año, los dos se divorciaron. A los dos años, se casaron, él con ella y ella con él. A los treinta, la leucemia se los llevó abrazados en un banco bajo la sombra de unos plátanos.
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