Desde que oí por primera vez su versión del Jarama
Valley, palabras como «internacionales» o «internacionalistas» enraizaron
en lo más hondo de mi alma, y ahí permanecen acurrucadas desde entonces esperando
siempre que la más leve evocación de la contribución épica de las «brigadas
internacionales», en su lucha contra el fascismo y por la libertad en la Guerra
de España, las reflote, pero, eso sí, acompañadas desde luego por el hermoso
himno de la Brigada Lincoln en la entrañable versión del viejo Seeger. ¡Gloria
a Pete Seeger y a cuantos continúan manteniendo encendida el ascua de nuestra
memoria histórica!
Por eso, sin duda, homenajeé al viejo cantautor e
incansable luchador Pete Seeger en mi última novela, Madre, mar, Marta…
(pág. 212, Descrito Ediciones, 2013). Va por él:
«…cuando les llegó el turno,
ellos también lo hicieron, aunque el texto escrito por Pablo y asumido por
Marta no tuviera tal carácter: “El espacio que conquistó mi hermana está en la
sierra de Guadarrama”. Por la noche, Pablo encajó más de una vez, en sus
interpretaciones jazzísticas
del Walking Bass, variaciones personales sobre el Jarama Valley
de Pete Seeger. Pero antes de la hora convenida…».
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