¿Qué
encontraría James Joyce en la Odisea de
Homero para que inspirara la revolución narrativa de su Ulises? ¿Qué hilos argumentales, qué anécdotas terminaron por conectar estas dos
grandes creaciones de la narrativa universal? ¿Cuáles son los mecanismos utilizados por el genial
irlandés para establecer esa conexión?
Si responder a estas preguntas fuera el objetivo de La «Odisea» en
el «Ulises», bien pudiera pensarse que estamos ante un ensayo,
otro más, sobre la novela de habla inglesa más importante del siglo xx. Pero, al no ser ese su único
objetivo, tampoco puede afirmarse que se trate de un ensayo; aunque su lectura
acaso ayude a entender mejor el Ulises
y, sobre todo, sus relaciones con la Odisea.
Es cierto que sus páginas, tanto las que recogen
la "Introducción sinfónica", como las dedicadas directamente a la Odisea, mantienen un tono marcadamente
narrativo, trufadas las primeras, por lo demás, de humor; pero La «Odisea» en el «Ulises» no es una
novela, ni un conjunto de relatos.
Y tampoco es un poemario; pero sí hay cierto
lirismo en el diálogo que su autor mantiene con Leopold Bloom y con Stephen
Dedalus, y a través del cual se evocan las construcciones o deconstrucciones
llevadas a cabo por Joyce a partir de la Odisea.
Finalmente, las magníficas ilustraciones del
artista Pedro Cases que acompañan la edición de La «Odisea» en el «Ulises», así como el original diseño de Alfredo
Copeiro, no hacen sino avalar la belleza formal de la obra.
Os animo, pues, amigos lectores y amigas mías, a
leer La «Odisea» en el «Ulises».
Puede que una cosa lleve a la otra y acabéis abordando la obra de Joyce. O al
menos, si no fuera así, os adentraréis en uno de los caminos más intrincados de
la narrativa universal: el que, partiendo de la Odisea, conduce a los entresijos del Ulises.
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