Perroflautas del mundo, perroflautas,
que vivís al cobijo de la calle,
a veces sin timón, sin gobernalle,
como nautas del cosmos, cosmonautas:
La esperanza no alivia vuestras rautas,
ni os enjuga el sudor con su ventalle;
guindos de escarabajos vuestro valle
pretenden estragar. ¡Almas incautas!
Perroflautas del mundo, ¡venga!, uníos,
que vuestros perros den a sus sabuesos
cuanto merecen los de su calaña;
que, con las flautas y los atavíos
que lucen tan ufanos vuestros huesos,
desmontéis el engaño, la patraña.
Perroflautas de España:
A esa esperanza de dolores llena
mandadle pedorretas en cadena.
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